La amabilidad en el día a día.
Esopo lo dijo hace mucho, mucho tiempo:
«Ningún acto de amabilidad, por pequeño que sea, será desperdiciado»
Dice una gran verdad.
Volví a escuchar esta frase, con otras palabras, en diciembre de 2021, en la película «Klaus» de Sergio Pablos (cocreador de Gru: Mi villano favorito).
En enero de 2022, reaparece este concepto en un libro que leo y estudio sobre gestión del conflicto, como estrategia para «desescalar un conflicto», pero sin mencionar ni a Esopo, ni esta frase tan cierta y verdadera.
Cuando una persona pone en práctica la amabilidad, su vida se ilumina con los colores del arco iris, como el paraguas de la niña de la ilustración, y también se cambia un instante en la vida de otra persona.
Hacer el bien, porque sí, sin buscar devoluciones ni contrapartidas es igual a ser generosa.
La generosidad, en sí misma, genera un bienestar en la persona que ofrece y atiende igual o mayor que el de la persona que lo recibe.
Por desgracia, la vida rápida y frenética de hoy en día, pone muy difícil pararse a ser amable con los demás.
Te animo a ser amable, porque poder sentir el agradecimiento de otra persona es uno de los mejores sentimientos que se pueden experimentar en la vida.
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